En todo el país han estallado protestas contra los campos de concentración de la administración Trump para refugiados e inmigrantes que cruzan la frontera de México-EE.UU. Estos campamentos albergan a miles de niños, mujeres y hombres, principalmente guatemaltecos y hondureños, cuyo único delito es tratar de escapar de las pandillas, la violencia y la pobreza extrema huyendo a los Estados Unidos. Su desesperación se puede ver en la trágica foto de los cuerpos de un hombre y su pequeña hija que se ahogó tratando de cruzar a los Estados Unidos.
Éste 20 de Noviembre se llevarán a cabo manifestaciones y marchas a nivel nacional en México demandando justicia para los normalistas caídos y desaparecidos de Ayotzinapa. Hace dos meses, el 26 de septiembre, estudiantes normalistas en el estado de Guerrero, México fueron atacados por la policía municipal de Iguala. Tres normalistas fueron asesinados y 43 fueron secuestrados y entregados al cartel Guerreros Unidos y probablemente asesinados.
Millones de personas se encuentran sin trabajo. Aquellos que dieron de baja están siendo evacuados de sus hogares porque sus hipotecas están siendo ejecutadas, perdieron seguros de salud y luchan cada vez mas duro para sobrevivir. El desempleo entre la juventud esta muy alto. Incluso los graduados universitarios se ven forzados a vivir en la casa de sus padres. Muchos no pueden hacer mensualidades a los préstamos universitarios. Millones de inmigrantes, ambos documentados e indocumentados, son dados de baja y sin poder trabajar, se ven obligados a abandonar el país después de haber trabajado años en los EU.
Los Angeles, CA – Más de 60 personas asistieron a una protesta aquí cerca del Edificio de la Corte Criminal el 12 de agosto para exigir el fín de los cargos contra el lider chicano y activista anti-guerra Carlos Montes. Montes ya se había presentado en la Corte de Alhambra, California el 6 de julio, donde él se declaró innocente de las 6 felonías relacionadas a las leyes de armas de California.
En el primer año de la nueva administración hubo cambio pero no progreso
Hace un año, los chicanos, mexicanos y centroamericanos celebraron el fin de ocho años de la administración de Bush. Además de lanzar dos guerras y provocar la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, la administración de Bush intensificó la represión contra los inmigrantes. Las redadas y deportaciones de los obreros por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) se duplicó, y luego se duplicó nuevamente con Bush. El gobierno de Bush implementó el programa conocido como 287(g), en el que ICE trabaja junto con la policía local y permite que racistas como el alcalde Joe Arpaio de Arizona hostigue a los chicanos, mexicanos y centroamericanos. La ley de octubre de 2006 “Secure Fence Act” intensificó la militarización de la frontera con México, contribuyendo a la muerte de más inmigrantes intentando entrar a los Estados Unidos.
Mientras los medios capitalistas halagan a Ronald Reagan por haber “restaurado la confianza a América,” milones de estadounidenses y milones más en el resto del mundo han sido forzados a enfrentar la pobreza y guerra como resultado de las políticas de Reagan.
En la primavera del 2006 millones de latinos y otros inmigrantes se manifestaron en contra de la propuesta de ley Sensenbrenner, HR4437, la cual hubiera criminalizado a los indocumentados. El movimiento pidió la residencia legal para los indocumentados y se opuso a la propuesta de la administración Bush para un programa de trabajadores huéspedes.
En estos momentos cuando las fuerzas del racismo y la reacción se empeñan en avanzar su programa anti-inmigrante, pareciera que hubieran levantado una roca, y que al dejarla caer, ésta les hubiera caído en sus propios pies. Dicho de otro modo, parece que “les salió el tiro por la culata”.