La lucha por los derechos de los inmigrantes sigue en 2010
En el primer año de la nueva administración hubo cambio pero no progreso
Hace un año, los chicanos, mexicanos y centroamericanos celebraron el fin de ocho años de la administración de Bush. Además de lanzar dos guerras y provocar la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, la administración de Bush intensificó la represión contra los inmigrantes. Las redadas y deportaciones de los obreros por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) se duplicó, y luego se duplicó nuevamente con Bush. El gobierno de Bush implementó el programa conocido como 287(g), en el que ICE trabaja junto con la policía local y permite que racistas como el alcalde Joe Arpaio de Arizona hostigue a los chicanos, mexicanos y centroamericanos. La ley de octubre de 2006 “Secure Fence Act” intensificó la militarización de la frontera con México, contribuyendo a la muerte de más inmigrantes intentando entrar a los Estados Unidos.
En diciembre de 2005, la Cámara de Representantes aprobó la ley HR 4437 que hubiera criminalizado a los indocumentados aun más. En respuesta, las comunidades chicanas, mexicanas y centroamericanas estallaron en protestas masivas en marzo de 2006, un ejemplo más de sus aspiraciones a la igualdad. Estas protestas callejeras aumentaron hasta llegar a los millones el 1 de mayo de 2006 en Los Ángeles, San José, San Diego, Chicago, Milwaukee y en casi todas las grandes ciudades y en muchas ciudades pequeñas en todo el país. Estas protestas exigieron la legalización de los indocumentados, un fin de las redadas y deportaciones, y un fin a la militarización de la frontera y oposición a cualquier programa de 'obreros huespedes'. Los chicanos, mexicanos y centroamericanos constituyeron la gran mayoría de los manifestantes, por que la lucha por la legalización es parte de la larga lucha del pueblo chicano por la igualdad y la autodeterminación. A ellos se unieron un número importante de otros latinos y miembros de sindicatos, así como africanos, árabes, asiático-americanos y otros, cuyas comunidades tienen un gran número de inmigrantes.
Los políticos respondieron a las protestas de dos maneras. En la Cámara de Representantes, el demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, y el republicano de Arizona, Jeff Flake, se unieron para presentar el 'Acto STRIVE'. STRIVE fue una combinación de cosas buenas (expansión de la inmigración legal) y cosas malas (más criminalización de los indocumentados) y sobre la cuestión clave de la legalización la propuesta de ley tenia demasiados obstáculos. La Ley de Reforma de la Inmigración en el Senado, en gran parte escrito por el demócrata de Massachusetts Ted Kennedy y los republicanos de Arizona John McCain y Jon Kyl y apoyado por el presidente Bush, fue aún peor. La Ley de Reforma de Inmigración hubiera eliminado los visados de reagrupación familiar y en vez de la legalización de los indocumentados, les hubiera convertido a ellos y sus familias en 'obreros huespedes'. Esta propuesta de ley no fue aprobada ya que la izquierda y la derecha se oponían a ella.
Desde 2006, las protestas del 1 de mayo se han vuelto mucho más pequeñas y han tenido lugar en menos ciudades, pero siguen, junto con las protestas en contra de las injusticias que se presentan a los inmigrantes indocumentados. Miles de obreros se han manifestado en el sur de California para protestar en contra de su despido debido a las nuevas auditorías de ICE, que afectan a las empresas que contratan a los indocumentados. Las protestas han surgido en los eventos con la secretaria de Seguridad de las Fronteras, Janet Napolitano, (que supervisa el ICE y la Patrulla Fronteriza), con más de un mil protestando en Santa Clara, California en octubre 2009. Los estudiantes universitarios han protestado los altavoces racistas y anti-inmigrantes y siguen organizando para apoyar a legalización y para ganar la igualdad de acceso para los estudiantes indocumentados.
Hace un año la administración nueva de Obama prometió acción sobre la reforma migratoria en su primer año. Pero inundado con la escalada de la guerra en Afganistán y el rescate de Wall Street, la única otra cuestión que se aborde realmente era la reforma de salud. Ante la creciente impaciencia de la comunidad inmigrante y la negligencia obvia por la administración, el diciembre pasado el congresista Gutiérrez presentó la propuesta de ley “Reforma Integral de Inmigración para la Seguridad y Prosperidad de América” o CIR-ASAP. Este proyecto de ley fue respaldado por los congresistas latinos, los congresistas de Asiáticos y de las islas del Pacífico, los congresistas afroamericanos y los progresistas en el congreso. Esta propuesta de ley es mucho mejor que la 'Acta STRIVE'. CIR-ASAP expandería la inmigración legal, ofrece la legalización para los indocumentados con menos obstáculos, revierte algunas de las peores políticas del ICE (como el programa 287 (g)), y no tiene un programa de trabajadores huéspedes.
Los editores de ¡Lucha y Resiste! creemos que el apoyo a la CIR-ASAP puede ayudar a reconstruir el movimiento de masas que es la clave para una reforma consecuente de inmigración. Apoyamos reformas que realmente mejoran la vida de la gente pobre y obrera. Aunque la propuesta de ley no es perfecta, beneficiaría a millones de indocumentados y sus familias, así como también ayudaría a los millones de mexicanos, filipinos y otros que se ven obligados a esperar hasta 20 años para estar reunidos con sus familias. Un problema con la propuesta de ley es que ampliaría el programa del gobierno “E-Verify” de selección de los obreros. El mayor peligro, sin embargo, no es la propuesta de ley (que es relativamente buena), pero que la gente caiga en el “algo es mejor que nada” y las actitudes de “tenemos que seguir lo que los políticos demócratas nos dicen.” Esto sólo conducirá a una reforma migratoria que es más a favor de las grandes corporaciones y llena de ataques derechistas contra los inmigrantes. Uno sólo puede mirar lo que ocurrió con la reforma de salud, donde grandes empresas de seguro de salud han luchado para que la ley beneficiará a ellos mismos más que a los obreros.
La clave es continuar organizando y movilizando la base de los chicanos, mexicanos y centroamericanos para ganar la legalización, para detener los despidos y la deportación de trabajadores indocumentados, y para ampliar la inmigración legal y oponer a un programa de obreros huéspedes. Debemos continuar los esfuerzos por construir un amplio frente unido que incluya a los aliados asi como el movimiento de trabajadores y los movimientos de otras nacionalidades oprimidas. La lucha para aprobar una ley de reforma migratoria tiene que ser combinada con protestas masivas en la calle y con movilizaciones masivas de las masas el 1 de mayo.
¡Todos a movilizarse el 1 de mayo 2010!
¡Alto a los despidos y a las deportaciones!
¡Apoyo a la propuesta CIR-ASAP!
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