El plan de inmigración de Bush:: Solución para corporaciones, no para los trabajadores indocumentados
La propuesta del Presidente Bush sobre inmigración no busca solucionar los problemas verdaderos de los más de 10 millones de trabajadores indocumentados en este país. Es nada más una repetición de programas anteriores para ‘trabajadores temporales’ que deja a los inmigrantes en pobreza, sin ninguna garantía de seguridad, residencia y justicia.
Específicamente, bajo el plan de Bush los trabajadores indocumentados solo pueden quedarse en el país por dos periodos de tres años. Hay que preguntarse entonces ¿Qué pasará cuando terminen esos periodos? De acuerdo al plan de Bush los inmigrantes podrían participar en el proceso ‘normal’ de inmigración. Debido a las cuotas anuales muy estrictas de inmigración, es prácticamente un camino sin salida para millones de trabajadores indocumentados. Otra parte de la propuesta de Bush dice que aquellos trabajadores indocumentados necesitarían que su empleador les auspicie. El efecto de esta propuesta sería encadenar a los trabajadores indocumentados a su trabajo, lo que haría más difícil dejar trabajos donde son discriminados y daría a los empleadores mucho poder sobre sus trabajadores inmigrantes.
La propuesta de Bush solo refleja que los grandes empresarios dependen en verdad de los inmigrantes. Actualmente una buena parte de la clase trabajadora de este país la integran los inmigrantes, quienes trabajan en las áreas más difíciles de la economía como son la agricultura, el servicio y las fábricas de manufactura. Millones de estos inmigrantes no tienen ni siquiera documentos legales o status legal.
Los grandes empresarios sueñan con una política migratoria en la que los mercados laborales estén bien regulados, donde haya una fuente amplia de trabajadores dispuestos a tomar cualquier trabajo cuando la economía esta creciendo. Los capitalistas también quieren tener la habilidad de expulsar estos trabajadores del país durante los tiempos de crisis o recesión económica, para evadir pagar, por ejemplo, a programas que dan seguro a los desempleados.
Las corporaciones estadounidenses han usando su poder político y económico para destruir las economías de muchos países del tercer mundo. Debido a esto, muchas personas se ven forzadas a emigrar a Estados Unidos en busca de una vida mejor, dejando atrás hogar y familia.
No es posible hablar sobre la inmigración hacia los Estados Unidos sin hablar de México, de donde vienen muchos de los trabajadores indocumentados.
Desde el robo del norte de México hasta NAFTA, el pueblo mexicano ha sufrido la opresión y explotación del imperio del norte. El aumento de la riqueza concentrada en Wall Street esta directamente relacionado con el aumento de la pobreza y miseria en las ciudades y el campo de México. Esta realidad da énfasis a la tontería y el chovinismo de la clase capitalista estadounidense cuando intentan hablar sobre la inmigración.
Periodistas derechistas y políticos egoístas destilan veneno sobre los ‘ilegales’ que cruzan la frontera del país; hablan como si fueran los dueños del suroeste de los Estados Unidos. Ignoran el hecho que Estados Unidos le robó esta tierra a México, y que los hablantes de español que quedaron en este lado de la frontera han sido oprimidos por más de un siglo y medio. En este proceso, surgió una nueva nacionalidad, los chicanos, quienes tienen el derecho a la auto-determinación como cualquier otra nacionalidad.
Todo lo que dicen los políticos reaccionarios sobre la inmigración y la frontera al sur (y sobre el suroeste del país en general) sería una tontería, si no fuera algo tan serio. Ellos hablan del suroeste del país (que robaron de México) como si fuera su propiedad privada. Cada año, cientos de hombres, mujeres y niños huyendo de la miseria – una miseria creado por las elites de los Estados Unidos – pierden sus vidas intentando cruzar la frontera. Esto es un problema de vida o muerte.
La única solución justa para los problemas legales de los trabajadores indocumentados es una amnistía inmediata y sin ninguna condición. Los inmigrantes no necesitan otro programa ‘bracero’ y no necesitan ser usados cínicamente por el partido republicano en un intento de ganar apoyo electoral de Latinos. Los trabajadores indocumentados necesitan documentos que les permitan quedarse a vivir y tener derechos.
Es vital que fortalezcamos el movimiento para una amnistía para los indocumentados. Al mismo tiempo tenemos que defender los derechos democráticos de los inmigrantes, como por ejemplo el derecho de conseguir una licencia de conducir y tener acceso completo a los servicios sociales. De tomar este camino, golpeamos al sistema de racismo, desigualdad e injusticia que sufren las nacionalidades oprimidas dentro de las fronteras de los Estados Unidos y al mismo tiempo unimos a todos los que se puedan en contra de los ricos que controlan el país.
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