El presidente electo Donald Trump ha prometido una nueva fase de represión contra los inmigrantes indocumentados en los EE.UU., de los cuales el 70% son mexicanos y centro americanos. Durante su campaña presidencial, Trump se dirigió a los inmigrantes mexicanos con ataques racistas, llamándolos narcotraficantes, criminales y violadores. El “Nuevo Contrato con el Elector Americano”, plan de acción para los primeros 100 días de su administración, cumple con las promesas de su campaña.

Primero, Trump ha prometido eliminar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA. Bajo este programa alrededor de 750,000 jóvenes indocumentados traídos desde pequeños, han podido trabajar, obtener licencias de conducir y vivir sin miedo de ser deportados. Este programa ha mejorado drásticamente las oportunidades de trabajo y de ingresos para los jóvenes indocumentados. Mientras que Trump todavía no ha confirmado ni ha dicho cuándo comenzarán las deportaciones, hay que alertar que el gobierno tiene la la información personal de estos jóvenes, y que estos perderán sus trabajos y licencias de conducir, obligándolos a regresar a vivir en las sombras.

Segundo, Trump prometió remover entre dos y tres millones de indocumentados con antecedentes criminales. En realidad, el total de esta cifra es mucho menor, e incluso hay estudios que demuestran que es menos probable que un inmigrante sea condenado por crímenes en comparación con los norte-americanos nacidos en el país. Como ocurrió con la administración de Obama, que también se enfocó en deportar a los indocumentados con antecedentes criminales, es muy probable que otros grupos de indocumentados también sean deportados.

Aunque Trump no lo ha mencionado específicamente, es probable que su administración aumente las redadas de ICE en los lugares de trabajo. La administración de Trump puede afirmar que los trabajadores indocumentados son criminales, reafirmando la acusación que los inmigrantes le roban el trabajo a los americanos. Esta sería una manera pública de promover los sentimientos anti-inmigrantes.

Tercero, Trump comenzará la construcción del muro fronterizo con México. Aunque Trump ha retrocedido un poco su posición, admitiendo que en algunas partes de la frontera será una cerca, el muro será el símbolo más visible de un incremento en la militarización de la frontera. La construcción del muro va mano a mano con su promesa de construir más infraestructura, y aunque puede ser que no se finalice, comenzar la construcción del muro beneficiará su imagen pública.

Cuarto, trump se ha comprometido trabajar junto al congreso para incrementar las sentencias mínimas obligatorias, para las personas indocumentadas detenidas en los EE.UU. después de haber sido deportadas. Esto es parte de un amplio esfuerzo para criminalizar a los indocumentados, quienes luego serán señalados para ser deportados. Esta iniciativa de criminalización servirá para que la policía estatal y local se involucren en aplicar las leyes migratorias.

Quinto, Trump ha prometido eliminar todo financiamiento federal a las ciudades que funcionan como santuario. Existen alrededor de 30 ciudades en los EE.UU., incluyendo las más grandes del país (New York, Chicago y Los Ángeles), que han prohibido que sus trabajadores públicos y su policía municipal actúen como agentes federales de inmigración. El impacto que esto tendrá todavía está por verse, ya que muy poco del financiamiento federal va directamente a las ciudades. La gran mayoría del subsidio federal va directamente al gobierno estatal para programas de salud (Medicaid), programas de asistencia económica (TANF, o SSI), y transporte. También hay subsidio federal para la educación, pero este se le entrega directamente a los distritos escolares y a las universidades, no a las ciudades.

Sexto, por último, Trump ha dicho que suspenderá la inmigración de las regiones afectadas por el terrorismo, donde no se puede llevar acabo procedimientos de investigación. Esta medida probablemente se aplicará arbitrariamente, dependiendo sobre cual país se decida enfocar la administración de Trump. La realidad es que los refugiados de países como Syria ya duran más de un año en procesos de investigación. Además, no se han mencionado políticas para negarles visas a Arabia Saudita, país aliado de los EE.UU., a pesar de que la mayoría de los agresores del atentado del 11 de septiembre del 2001 provenían de este país.

El programa de inmigración de Trump, es muy similar a la propuesta de ley Sensenbrenner HB4437 del 2005. Al igual que Trump, esta propuesta proponía la criminalización de los indocumentados y construcción de un muro fronterizo. Más de un millón de personas se movilizaron en las calles alrededor de todo el país el 1 de mayo del 2006, para protestar este proyecto de ley. Muchas de las ciudades presenciaron las marchas más grandes de su historia, como ocurrió aquí en San José donde se movilizaron más de 125,000 personas el 1 de mayo.

En el 2006, el movimiento pudo derrotar a la propuesta de ley Sensenbrenner, después de haber sido aprobada por la Cámara de Representantes controlada por los Republicanos. Necesitamos un gran movimiento popular para protestar contra Trump el día de su inauguración, el 20 de enero del 2017, luego hay que continuar esa movilización masiva cien días después, el 1ero de mayo del 2017.

¡Defender DACA! ¡Legalización no deportación! ¡No al muro fronterizo con México!

Traducción: Edward C. Tolentino

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