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Voto sobre acuerdo del libre comercio podría dar a Bush una derrota

By Cherrene Horazuk

El mismo día que George W. Bush declaró, “He ganado capital político en la campaña electoral, y voy a gastarlo,” oficiales de alto rango dijeron que en el segundo mandato de su presidencia Bush reenfoquaría su energía en América Latina. En el primer año de su segundo mandato, Bush quiere aprobar el Tratado de Libre Comercio con los países centroamericanos y la República Dominicana (TLC – conocido como “CAFTA” en inglés), como primer paso para lograr el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para toda Latinoamérica en 2006.

La administración de Bush está impulsando estos acuerdos de libre comercio en el contexto del crecimiento de intervención militar estadounidense en la región, como por ejemplo el intento de golpe de estado en contra del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela elegido democráticamente y también el aumento de fondos para el Plan Colombia.

El enfoque en comercio da a los progresistas, la oportunidad de dar a Bush la primera derrota de su nueva administración.

La reciente victoria izquierdista en la elección presidencial en Uruguay dió un golpe al ALCA. El gobierno de Chávez en Venezuela, del presidente Luiz Inacio ‘Lula’ da Silva en Brasil, y ahora también el gobierno de Uruguay se han puesto en contra de la ALCA. Esto hace al TLC mucho más importante para los Estados Unidos por su interés de ganar control económico sobra las américas. También significa que una derrota del TLC podría interrumpir el proceso entero del ALCA.

La administración de Bush empezó a negociar el TLC hace dos años, esperando poca oposición en los Estados Unidos y en Centroamérica. Pero calcularon mal. Trabajadores, campesinos, estudiantes, consumidores y partidos políticos de oposición en Centroamérica se han unido con activistas de comercio justo, trabajadores y activistas de solidaridad en los Estados Unidos para resistir el tratado. Campesinos que cultivan la remolacha en el medio oeste de los EEUU y los pescadores de camarones en el estado de Luisiana han sumado sus voces a la creciente oposición.

Cientos de miles de personas en Centroamérica han marchado repetidamente en contra del TLC y la política neoliberal del libre comercio y la privatización. Aunque la oposición ha sido más fuerte en Centroamérica, la posibilidad más grande de parar el TLC está en el congreso estadounidense.

Históricamente, el partido demócrata no se ha opuesto a los acuerdos de libre comercio, a menos que necesitaran el apoyo de los sindicatos. El candidato presidencial demócrata John Kerry fue muy ambivalente en sus pronunciamientos sobre el TLC. Eso, junto con la victoria republicana, podría causar que algunas personas piensen que la posibilidad de aprobar el TLC ha aumentado, pero de hecho todavía hay una lucha importante que librar. Muchos de los demócratas que se retiraron o que perdieron eran fuertes defensores del libre comercio – siete de los 21 demócratas que votaron para el “Fast Track” en 2001 ya no están en el congreso. Además el demócrata de Minnesota Collin Peterson, un opositor fuerte del TLC en la cámara de representantes, ya es el congresista demócrata con mayor precedencia en el comité de agricultura en el congreso. El movimiento anti-TLC en los EEUU está unido para parar el acuerdo defectuoso y ha forzado al liderazgo demócrata del congreso a declarar su oposición al acuerdo. Las líneas de batalla ya quedan claras.

Pero todavía no se sabe cuándo el congreso va a votar sobre el TLC. El líder mayoritario (republicano) del congreso Tom Delay de Texas dijo que a los republicanos todavía les faltan unos votos y dijo que la aprobación del TLC, “va a venir cuando tengamos los votos para aprobarlo.” Hasta la fecha no tienen los votos. Lo que queda claro es que Bush no tiene el respaldo de la opinión pública, y que el movimiento creciente en contra del libre comercio ahora tiene la oportunidad para movilizar los activistas anti-Bush que antes no estaban organizados.

Cuando al principio propusieron el TLC, pocas personas en los EEUU pensaron que el plan podría ser derrotado. Cuando organizadores salvadoreños oyeron eso, contestaron que, “Nosotros no escogemos las batallas basados en que se puede ganar, sino que escogemos las batallas basados en las necesidades de nuestra gente, sabemos que la lucha es justa, y si seguimos organizando para una causa justa, algún día vamos a ganar.” Tres años después, activistas estadounidenses y centroamericanos están a punto de hacer algo que muchos pensaron que era imposible – derrotar a Bush y sus aliados en el tema del TLC y dar un golpe fuerte a su agenda del comercio.

Para incorporarse a la lucha en contra del TLC, visite la página web de la coalición “STOP CAFTA” ( www.stopcafta.org) o la pagina web del Comité en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador ( www.cispes.org)

Cherrene Horazuk es una experta sobre Latinoamérica y fue directora nacional del Comité en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador (CISPES).

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