Mensaje de Huber Ballesteros, sindicalista colombiano y preso político para la campaña internacional 'yo te nombro libertad'
El siguiente mensaje es una respuesta a una serie de preguntas enviadas a Huber Ballesteros por James Jordan de la Alianza por la Justicia Global. Ballesteros fue detenido cuando estaba trabajando como negociador para el paro agrario nacional de 2013 en Colombia y es acusado de “rebelión”. Él también sirvió en el comité ejecutivo de Fensuagro (Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria), la federación de trabajadores agropecuarios más grande de Colombia y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la federación laboral más grande del país. Firme la petición para la libertad de Huber Ballesteros, sindicalista colombiano y preso político Haz clic aquí para ver el video de esta entrevista con Huber Ballesteros
Compañero James, es un gusto saludarlo y por su intermedio a los colectivos de solidaridad, al movimiento sindical y de los trabajadores estadounidenses y a todo el pueblo norteamericano.
Nosotros entendemos y sabemos la diferencia que existe entre la posición y la opinión del pueblo norteamericano y las posiciones y actividades reprochables de su gobierno no solamente al interior de los Estados Unidos sino a nivel del mundo entero. Por eso los prisioneros políticos expresamos un abrazo fraternal a todos los trabajadores y a todo el pueblo norteamericano.
Es un gusto para mí poder responder a estas preguntas que me envío el compañero James Jordan, hacerlo desde mi condición de prisionero político, de integrante del Comité Ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores, de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria y del movimiento político Marcha Patriótica.
Sobre el tema de los acuerdos de paz y las posibilidades de que en el marco del acuerdo sobre el punto de víctimas que contempla también el tema de la Justicia Transicional para la Paz debo decir que efectivamente el acuerdo sobre justicia transicional del punto que hace poco se firma entre el gobierno colombiano y la insurgencia de las FARC-EP, este contempla la posibilidad de que una vez se firmen los acuerdos y se implementen los tribunales que aplicarán la justicia especial acordada entre las partes, los prisioneros políticos que en Colombia somos cerca de 10.000 divididos entre prisioneros políticos de conciencia y prisioneros políticos de guerra, tendremos la oportunidad de acceder a beneficios como el indulto para quienes estén en ese momento condenados y el de la amnistía y cesación del procedimiento para quienes a en ese momento nos encontremos aún en la condición de sindicados.
Sobre la segunda pregunta del cuestionario de James, de si fui detenido en el marco de un paro. Efectivamente me encontraba en Bogotá oficiando como parte de la Comisión Nacional de Negociación del Paro Agrario del año 2013 cuando fui detenido acusado de los delitos de rebelión y financiamiento al terrorismo, cargos que se establece a partir de un montaje judicial por personajes pagados por la Fiscalía General y la Policía Nacional para frenar lo que en ese momento empezaba a gestarse como uno de los paros campesinos más importantes de los últimos treinta años; desde ese momento me encuentro recluido en la cárcel La Picota en una detención a todas luces ilegal, donde en el proceso se han violado todos las condiciones establecidas al debido proceso y la necesaria y obligatoria presunción de inocencia que establecen tanto las leyes, la Constitución Nacional y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Mi detención hace parte entonces de una política de represión y de judicialización de la protesta social en Colombia que se viene aplicando desde muchísimos muchos años atrás y que ha llevado a las cárceles del país a mucha personas, una gran parte de ellas puestas en libertad después de haber pasado dos, tres, o cuatro a hasta más años en la cárcel. Con la firma de los acuerdos de paz esperamos que esa concepción impuesta por el pentágono norteamericano de la concepción del enemigo interno y de la llamada doctrina de Seguridad Nacional con la que se educaron o adoctrinaron los oficiales de policía, del ejército, del DAS, los jueces y fiscales en el comando sur de los Estados Unidos y en la Escuela de las Américas en West Point* cambie, para que la lucha social y popular que necesariamente seguiremos desarrollando puesto que la firma del acuerdo de paz es apenas el comienzo de la construcción de una paz real y duradera con justicia social. Nosotros seguiremos dando porque nuestros derechos como trabajadores y como población colombiana seguiremos exigiéndolos a través de los mecanismos que nos permiten nuestra estructura organizativa sindical como es el paro, la huelga y la movilización.
Otra de las preguntas del cuestionario es ¿Si es posible que posterior a los acuerdos de paz, la izquierda y los sectores democráticos puedan alcanzar la unidad? Pues en ello se viene trabajando desde hace mucho tiempo, han habido diferentes propuestas y en particular en el momento venimos trabajando en el fortalecimiento de lo que hemos denominado el Frente Amplio por la Paz, la Justicia Social y la Democracia. Hemos dado pasos muy importantes en este sentido puesto que el Frente se ha convertido en un garante e impulsor de los Diálogos de Paz además de servir, por solicitud de las FARC-EP como veedor de la tregua unilateral que en varias ocasiones ha decretado la insurgencia y que por parte de ella se mantiene vigente. Ese Frente Amplio por la Paz aspiramos nosotros se convierta en el escenario de la lucha política y de la unidad hacia la disputa del poder a la burguesía en Colombia. ¡No es fácil! Existen obviamente diferencias de carácter político e ideológico como es natural en la izquierda colombiana y con los sectores populares que están organizados en sindicatos, en el movimiento indígena, en el movimiento afrodescendiente y otros sectores sociales, pero venimos trabajando decididamente para que el Frente Amplio sea ese lugar de encuentro de todas las inconformidades de este país y tengamos una fuerza que pueda disputar el poder a ese bloque hegemónico de la oligarquía que ha usufructuado el poder de nuestra patria por cerca de 200 años.
Sobre el tema de la UP, yo soy uno de los sobrevivientes del genocidio de la Unión Patriótica. Ingresé a ella siendo muy joven, he ocupado cargos de elección popular, en su momento elegido como representante de la Unión Patriótica y consideramos que efectivamente podría volver a darse, volver a repetirse después de la firma de los acuerdos, un genocidio. Que consideramos nosotros que puede frenar en determinado momento que eso se dé:
Uno, que el mundo de todas maneras ha cambiado mucho en los últimos 25 años y el tema de los derechos humanos se ha vuelto muy importante y que existen muchas organizaciones y colectivos tanto a nivel nacional como internacional que están pendientes de que se cumplan lo preceptuado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que ningún estado, ningún gobierno ni ninguna estructura de ese gobierno como las fuerzas militares tendrá hoy en día la impunidad frente a los crímenes de lesa humanidad perpetrados por ellos en el marco de la represión a la oposición política. Eso nos alienta a creer que aunque tengan la intención, no les será tan fácil y que obviamente también nuestra experiencia la que hemos ganado en la lucha por la defensa de los derechos humanos nos va a ayudar a que un episodio como ese no se repita. Pero digo de nuevo si sentimos el temor porque el gobierno no quiere discutir en la mesa de diálogos la estructura de las Fuerzas Armadas y de policía, no quiere discutir la doctrina de esas fuerzas armadas y de policía, y obviamente no se ha tocado aún por parte de la doctrina de la seguridad nacional que dio pie a la conformación de organismos paraestatales que nosotros conocemos como el paramilitarismo en Colombia. Es un riesgo, pero la paz merece ese riesgo y estamos dispuestos a asumirlo en aras de construir una nueva sociedad y un nuevo país para los colombianos.
Es verdad como lo manifiesta James en su nota de entrevista que el gobierno o los gobiernos de los Estados Unidos, o sea el estado norteamericano es un actor del conflicto colombiano, y un actor de primer orden es el principal auspiciador y, porque no decirlo, uno de los principales beneficiarios de la guerra en Colombia. Nosotros somos conscientes que ese no es el sentir del pueblo norteamericano, pero obviamente sabemos que son los intereses de las compañías transnacionales, que son los intereses económicos de la oligarquía norteamericana la que ha promovido la violencia en Colombia y no solamente en Colombia sino en toda América Latina y el mundo.
Aspiramos a que ese respaldo a la paz de Colombia que ha manifestado el gobierno de los Estados Unidos, se concrete no en ayudas económicas, no en ayudas tecnológicas, sino en un cambio de actitud y de respeto a la soberanía de los pueblos y en especial a la soberanía del pueblo colombiano para decidir sobre su futuro.
Y como lo manifiesta su compañero también en su nota, la solidaridad internacional jugará un papel importantísimo en el mantenimiento de la Paz y en la garantía de que se respete los derechos de los colombianos y en particular de quienes hacemos la oposición en Colombia. El movimiento sindical norteamericano, los colectivos que se han conformado en suelo estadounidense y que apoyan las causas de la paz en Colombia y en el mundo tienen un quehacer muy importante para ejercer veeduría y vigilancia no solamente frente a la intervención de su propio gobierno sino frente al gobierno colombiano para que cumpla con lo acordado, para que la no repetición del conflicto en Colombia devenga precisamente del cumplimiento de los acuerdos y del desarrollo de las transformaciones económicas, políticas y sociales que son necesarias para una paz justa, real, duradera y con justicia social para el nuevo futuro de los colombianos.
Agradezco a James esta oportunidad de esta entrevista, agradezco a todas y todos el haberme escuchado y extiendo desde la prisión de La Picota un fraternal abrazo a todas y todos ustedes, con la esperanza de que en algún momento al recobrar mi libertad pueda encontrarme con sus organizaciones sindicales y con sus dirigentes para agradecer personalmente todo el trabajo en solidaridad que han desplegado en favor de la libertad de los prisioneros políticos y del respeto a los derechos humanos en Colombia.
¡Muchas gracias y un abrazo!
Hubert de Jesús Ballesteros Gómez
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