Comisión Sindical de la OSCL: Declaración sobre el ataque de Trump a los sindicatos
Por la Comisión Sindical de la Organización Socialista Camino de la Libertad
Los últimos meses han visto un ataque constante contra el movimiento obrero organizado por parte de la administración de Trump. La destitución prematura de un miembro de la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo (NLRB), la revocación de la representación sindical a los trabajadores de la TSA, y los avances para privatizar el servicio postal—cada uno de estos actos podría considerarse un ataque que sienta precedentes por sí mismo. En respuesta, los sindicatos han presentado demandas, presionado al Congreso y realizado varios Días Nacionales de Acción.
Sin embargo, el 27 de marzo, Trump llevó a cabo lo que Mark Dimondstein, presidente del Sindicato de Trabajadores Postales de los Estados Unidos (American Postal Workers Union), llamó “el ataque más grave contra los trabajadores sindicalizados en este país en al menos una generación”. Usando una orden ejecutiva que cita “seguridad nacional”, Trump eliminó unilateralmente todas las protecciones sindicales para más de 700,000 trabajadores federales. Como referencia, cuando Reagan reprimió la huelga de los controladores aéreos liderada por PATCO en 1981 afectó aproximadamente 11,000 trabajadores.
En 2011, los republicanos en Wisconsin introdujeron la Ley 10, que buscaba eliminar los derechos de negociación colectiva de los trabajadores públicos. Desde el principio, fue una situación que exigió una movilización total. Miembros de sindicatos y estudiantes ocuparon el capitolio estatal en Madison. En el momento crucial, muchos líderes sindicales flaquearon y se concentraron en una elección revocatoria del gobernador, que fracasó. La lucha tuvo éxito cuando fue militante. Fracasó cuando se redujo a un esfuerzo de “salir a votar”. No podemos olvidar esta lección.
Este ataque histórico contra los trabajadores federales no es de ninguna manera un intento de ahorrar dinero al gobierno ni de mantener la “seguridad nacional”. Es un ataque político masivo contra los trabajadores sindicalizados federales—que están resistiendo a Trump—y contra todo el movimiento obrero.
También hemos visto ataques dirigidos contra miembros y líderes sindicales, como cuando ICE detuvo recientemente a dos activistas sindicales en el estado de Washington, Alfredo Lelo Juárez y Lewelyn Dixon. La AFL-CIO local y grupos de derechos de los inmigrantes llamaron por una acción inmediata y movilizaron la gente a las calles. Necesitamos que los líderes sindicales defiendan a sus miembros y luchen con fuerza contra la agenda de la administración de Trump.
Usar los tribunales y presionar a los legisladores es, por supuesto, necesario, pero no es suficiente. El momento de intensificar las acciones es AHORA. El momento de llevar miembros de sindicatos a las calles es AHORA. El momento de defender a la clase trabajadora con todos los medios a nuestra disposición es AHORA.
El 5 de abril ha sido designado como el próximo gran Día de Acción para resistir a Trump, y hacemos un llamado a todos a salir a las calles ese día. Si no hay nada organizado todavía en tu ciudad, póngase en contacto con otros sindicatos y constrúyelo tú mismo.
El Día Internacional de los Trabajadores llega cada 1 de mayo, y este año llega con fuerza. Construye con todas las personas que están bajo ataque por Trump, especialmente los inmigrantes, para salir este Primero de Mayo.
La clase dominante de multimillonarios ha tirado la máscara y viene por sangre—nuestra sangre. La lenta disminución de la densidad sindical en los últimos cincuenta años les ha servido bien, pero esa era ha llegado a su fin. O les mostramos debilidad, o les mostramos fuerza—y el movimiento de la clase trabajadora necesita fuerza ante todo. El futuro del movimiento sindical será definido por las acciones que tomemos ahora.
-¡Todos a la calle el 5 de abril!
-¡Construya para un Primero de Mayo masivo!
-¡Cuando trabajadores e inmigrantes están bajo ataque, luchamos y resistimos!