Continuamos a construir un movimiento para la legalización de todos
La elección de Donald Trump hizo una ola de políticas antiinmigrantes: la prohibición musulmana de viajar, restringir a los refugiados, prepararse para construir una pared en la frontera con México y poner fin al Estatus de Protección Temporal para cientos de miles de caribeños y centroamericanos. La administración de Trump está intensificando las redadas y auditorías en lugares de trabajo para deportar a más inmigrantes y dejarlos sin trabajo y poner fin a la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o el programa DACA, poniendo en riesgo a 700,000 jóvenes en este país deportación.
Pero las acciones de Trump se han enfrentado con una poderosa pared de lucha, que comenzó con miles de personas que protestaban por la prohibición musulmana de viajar en los primeros días de su administración, y continua con la lucha de los jóvenes de DACA por la legalización. Esta lucha masiva ha llevado a algunas victorias, ya que bloquearon las prohibiciones de viaje y también bloquearon al final de DACA.
La lucha no ha llevado a los demócratas del Congreso a tomar medidas efectivas para revocar las políticas de Trump. En parte, esto se debe a que los líderes Demócratas en realidad están de acuerdo con Trump en cuestiones tales como poner fin a la Visa de Diversidad, que permite a muchos inmigrantes de África. Todos los demócratas quieren hacer lo imposible para complacer a los republicanos. El presidente Obama, quien intensificó las deportaciones y se ganó el título de “jefe de deportaciones” hasta al congresista defensor de los derechos de los inmigrantes Gutiérrez, quien ofreció “construir la pared él mismo.”
Para ser claros: la legalización para los inmigrantes de TPS, los jóvenes de DACA y sus padres, y los 12 millones de personas indocumentadas en los EE. UU. van a tomar medidas legislativas y la derrota de los republicanos en las próximas elecciones. Pero sin un movimiento de masas militante para impulsar las demandas de mexicanos indocumentados, centroamericanos, caribeños y otros, incluso una victoria demócrata en las elecciones de 2018 podría llegar a ser nada o un trato muy malo. No debemos olvidar lo que sucedió en 2009 y 2010 cuando los demócratas controlaban todo el Congreso y la presidencia. Debemos construir esta lucha, hasta que ganemos.